Por Fernando Marco Sassone
La limitación como punto de partida
Igor Stravinski dijo: "Si ante el terror de una hoja en blanco, ninguna fuerza se me opone, todo esfuerzo es inconcebible". Esto se aplica a toda actividad creativa. Las limitaciones constituyen barreras entre las cuales se puede sustentar la creatividad.
Soy de la idea de que, en comunicación, nada puede hacerse sin una interpretación y comprensión cabal del contexto en el que se va a intervenir. No es algo obvio, ya que en este rubro es demasiado común abordar proyectos con excesivo pragmático, con propuestas estandarizadas que, aunque a prori puedan resultar efectivas, con el tiempo van evidenciando su escasa proyección.
El camino correcto debe ser aspirar a conocer la empresa globalmente, el estado de opinión pública que tiene, las razones e historia del posicionamiento logrado, el contexto de interacción con clientes, proveedores y la competencia, y las posibilidades y limitaciones de acción y proyección.
Este abordaje y análisis permite asumir las limitaciones sobre las que es factible proyectarse para maximizar recursos y lograr resultados superadores.
Solo así se podrá diagnosticar y proponer soluciones ancladas en la realidad institucional, que permitirán determinar qué tan lejos se está del punto al que se aspira a estar y poder ver entonces qué caminos transitar para llegar.
Trayectoria
Comencé trabajando en comunicación como diseñador gráfico, orientado al diseño de imagen corporativa, el desarrollo de marcas, y de programas globales de imagen. En forma paralela comencé a desempeñarme como productor y asistente de fotografía para Francisco Nocito, de quien aprendí el oficio de fotógrafo. A fines de los ´90 la fotografía analógica daba sus últimos coletazos ante la euforia de la revolución digital, pero nosotros tardamos en subirnos a ese carro. Seguimos trabajando en formato medio analógico, con película postiva (la ausencia de grano permitía una óptima digitalización). Cada toma, cada escenificación, se preparaba puntillosamente, haciendo un bracketing de hasta tres exposiciones buscando la exposición justa. Con el tiempo comencé a oficia como director de fotografía hasta que, eventualmente, consideré oportuno tener mi propio estudio.
Con el inicio del milenio, el mundo digital y la web lo cambiaron todo. Se abrió el juego para que muchos entusiastas de la fotografía abordaron la disciplina desde un lugar empírico, segmentando el mercado por precio y especialidades, pero además, incentivando a no pocos fotógrafos a dar el salto hacia la cinematografía. Comencé así a trabajar como productor, guionista junto a Pablo Román, y más tarde como director.
Así nos fuimos consolidando y cuando el volumen de trabajo lo justificó, decidimos abocar la agencia a la producción audiovisual, dando inicio a Kinématon.
Por Pablo Román
Toda mi vida estuve relacionado al arte, la música y la comunicación. Era cuestión de tiempo para que, sin proponérmelo, terminara involucrado en la producción audiovisual.
Mi primer acercamiento al arte fue de muy chico a través de la música, con la guitarra, el bajo y la trompeta. Desde mi adolescencia toqué en recitales y participé como músico en numerosas producciones. Fue entonces cuando me fui involucrando en aspectos técnicos del sonido y el registro en vivo.
Mientras tanto, me formaba como aerografista y empecé a trabajar en publicidad como ilustrador. Con el viraje hacia lo digital terminé especializado en retoque fotográfico digital. No hizo falta mucho para que me involucrara en la fotografía, fascinado por la técnica y la imagen fotográfica.
Con todo este bagaje a cuestas, inicié mi propio estudio en comunicación gráfica, en donde todas estas actividades y vertientes técnicas y artísticas, confluyeron naturalmente en el formato fílmico.
Comencé a coordinar la cobertura de eventos, sea como productor, director o como cameraman. Consolidé una cartera de clientes fija y fui asumiendo trabajos para productoras, participando en diversas áreas de producción y desarrollo, sumando trabajos de postproducción, edición y montaje. Gané así experiencia y trayectoria, consolidándome profesional y comercialmente.
Con Fernando, mi socio en Kinématon, compartí, amistad mediante, prácticamente todo este camino. Fuimos creciendo trabajando en paralelo, cada uno en su propio estudio, compartiendo logros y experiencias, y convocándonos para realizar trabajos específicos, hasta que la naturaleza compleja de nuevos trabajos y desafíos nos consolidaron como un equipo creativo singular. Nos embarcamos entonces en la aventura de Kinématon, nuestra propia productora.
Hoy, mantengo la misma pasión y entusiasmo con la que comencé, aprendiendo cada día, con la seguridad que me brinda la experiencia cosechada y el apoyo de un magnífico equipo de trabajo.
Cine, video, Fotografía, diseño, ilustración, literatura y cultura en general.
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